
En el bosque hay un espejo en el que nunca quise mirar, dicen que se ve el futuro. Algunos vieron la guerra venir, otros la enfermedad. Yo a eso no le temo dije. Ahora en la noche sigo pensando en ese espejo, y no puedo conciliar el sueño aunque piense en ovejas que saltan al vacío de un abismo o en accidentes de avión sin sobrevivientes. Me levanto un momento de la cama y en la oscuridad busco el baño y orino, luego busco un vaso de agua, bebo un poco, cierro los ojos y vuelvo a caminar en ese bosque de hojas secas, azuladas y congeladas, que crujen en el alma, como cruje una casa vacía llena de recuerdos de otras vidas.
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