jueves, 15 de mayo de 2008

MIENTRAS ALICIA LA PASABA DE MARAVILLA.


Alicia se encontraba otra vez con la colorida oruga que fumaba pipa en el ácido y maravilloso bosque llenos de vivos colores y flores gigantes, ella se acercó amablemente y accedió a disfrutar la velada y la pipa con él. Lo que Alicia no sabía era que mientras ella deliraba por tanto opio, Lewis Carrol su tutor, firmaba la carta de condena en el infierno de los pedófilos.

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