miércoles, 21 de julio de 2010

SOLENOIA




Anoche casi te atrapo, me cortabas la circulación en las piernas y me asfixiabas al mismo tiempo. Pude despertarme y levantarme, me arrastré a escupir al baño algo que pensé era un chicle. Ahora vuelvo a dormirme y tus ojos silenciosos me observan, pero esperas a que cierre los ojos o a que me voltee para dejarte ver.
El otro día estoy seguro que fuiste tú quien dejó encendida la tetera, o incluso eres tú quien borra mis mensajes en la contestadora. Ahora temo dejar solo el café porque el otro día tú lo llenaste de azúcar sabiendo que padezco diabetes.
Temo cerrar los ojos, pero estoy tan cansado, te siento junto a mi, imitas mi respiración para confundirme, mientras me duermo siento poco a poco tus frías manos acariciarme otra vez el cuello.

2 comentarios:

Ensalada Filosófica dijo...

Genial

Vite dijo...

La dulce muerte, siempre tentándonos. :P Excelente composición.