miércoles, 12 de noviembre de 2008

SINDROME DE ESTOCOLMO


Tu mirada penetrante y violenta me sorprende en la oscuridad y despierta en mi palpitaciones que no son sanas. Caminas cada vez más decidido tratando de hacerme sentir un animal de presa capturado por su salvaje asesino, ni siquiera te imaginas que te espero hace semanas en esta calle alejada de toda alma, llena de sombras y ecos sordos. Para mantener el juego trato de acelerar el paso y así hacer esta cacería más interesante, sin mucho problema me pisas los talones, cuando me alcanzas me apuntas con un cuchillo y violentamente me empujas a la sucia pared, me palpas en cada centímetro de mi cuerpo. Me insultas, me sometes. Yo en silencio disfruto y me dejo maltratar. Luego me arrebatas lo que parta ti tiene valor: mi billetera, mi reloj, mis zapatos. En seguida me abandonas, corres por la calle oscura, sin mirar atrás. Yo te miro a lo lejos, mientras escapas y pienso en el tiempo que tendré que esperar nuevamente en esta oscura y solitaria calle para que otro como tú vuelva a hacerme sentir tan vivo y me cobre tan poco.

2 comentarios:

Sé-pulcro dijo...

Uhmmmm...cuántas veces viste la "Naranja Mecánica"?...

Rodo de Urantia dijo...

La viste tú?