jueves, 15 de mayo de 2008

DESDE EL OTRO LADO DEL ESPEJO.


Luego de comerse su tostada y tragarse rápidamente un brebaje parecido al café, el hombre caminaba desde su casa al trabajo como todos los días leyendo el periódico. Ya no le interesaba leer las editoriales de la Sirena, que otrora eran el momento más intenso de su día, ahora sólo leía el horóscopo y soñaba con algún día encontrar un designio maravilloso, para poder dejar de vivir su monótona existencia.
Al entrar al frío consorcio ¨Palacio de Cristal”, saludaba sin muchas ganas a sus compañeros de trabajo que como si estuvieran en cubículos lo miraban mudos y vacíos, algunos estaban en sus pozos, otros en sus lámparas y en sus bolas de cristal, él en cambio se asomaba a su espejo y esperaba que la reina o cualquier ser del bosque se acercara a pedirle consejo desde el otro lado, la paga no era buena pero la diversión de ver como todos los que acudía a él, cambiaban sus destinos de acuerdo a sus designios lo hacían seguir viviendo esa vida triste, solitaria y monótona.

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