jueves, 15 de mayo de 2008

LA BELLA DURMIENTE


Te vestiste de muerta, y te veías tan Linda, tan quietecita, tan calladita, parecias dormida. Por eso me acerqué a tu ataúd y te besé en los labios, nunca pensé que abrirías lo ojos y regresarías a la vida a atormentarnos a todos, a buscar en nuestros cuellos tu elixir de vida y a robar nuestra felicidad en los sueños.

1 comentario:

Joe dijo...

Muy buena! parece una fusión de poema con anecdota aunque es tan corto...me pregunto si habra mas ;P